Importancia de la energía
Hoy en día, resulta difícil imaginar un mundo sin combustible para los coches o sin electricidad en las casas. La industria, el transporte o nuestros hogares, dependen de fuentes de energía, que no siempre son demasiados limpias.
En los países industrializados consumimos más del 70% de la energía de todo el planeta. Los coches, las industrias, los hogares, …, dependen del petróleo, el carbón o el gas natural, los llamados combustibles fósiles. Aunque hay nuevas formas de energía, más del 85% de la que consumimos en Europa proviene de estos combustibles, que se van a agotar en más o menos tiempo.
Muchos de los graves problemas ambientales del planeta son producto de la energía: residuos radiactivos, efecto invernadero, contaminación de mares y costas por vertidos de petróleo… Sin embargo, hay fuentes de energía aun sin desarrollar como la procedente del sol, el viento o las mareas, que son una esperanza de futuro.
La lluvia ácida
Cuando en la atmósfera se combinan el azufre y el nitrógeno, procedente de industrias o centrales térmicas donde se produce la electricidad, con el vapor de agua y el oxigeno, se originan unos ácidos (sulfuro y nítrico) que pueden viajar grandes distancias hasta que son arrastradas por las gotas de lluvia, contaminando los ríos y los embalses y provocando daños a los edificios. Este problema de la lluvia ácida se ha convertido en un problema cercano, ya que más del 30% de las lluvias de Euskadi son ácidas.
El efecto invernadero
El efecto principal que produce el dióxido de carbono (CO2) sobre nuestro planeta es lo que denominamos efecto invernadero. Este gas, junto a otros en menor proporción, actúan en la atmósfera como un cristal de invernadero dejando pasar los rayos de sol pero impidiendo la salida del calor. Si continúa su producción al ritmo actual y la temperatura del planeta se incrementa, el deshielo de los polos y glaciares provocará el aumento del nivel del mar en 1 o 2 metros, inundando numerosas islas y zonas costeras y cambiando el curso de nuestros ríos.
El consumo en el hogar
Hablar del consumo de energía en el hogar es hablar de la luz, del frigorífico, de la cocina,…, pero también del coche, de los plásticos, de los muebles, etc. El mayor consumo de energía se genera en la actividad industrial: en la producción de la mayoría de los objetos que compramos para el hogar. El transporte y las actividades del hogar son los siguientes consumidores de energía. Por ello, para ahorrar energía no sólo basta con apagar las luces o usar la electricidad adecuadamente. Otras acciones como el uso de materiales reciclados, la utilización de contenedores para papel y vidrio o el uso del transporte público son también importantes.
Cosas para hacer
- Si disminuyes en un grado la temperatura de tu hogar puedes ahorrar el 6% de la energía consumida.
- Gran parte del calor se va por ventanas y puertas. Poner aislantes en los marcos puede ahorrarnos dinero y energía.
- Mejor que mezclar el agua caliente y fría en la ducha es bajar el termostato unos grados. Además el agua muy caliente afecta a las tuberías.
- Para mejorar el rendimiento del frigorífico podemos: Alejarlo de las fuentes de calor como la cocina o el horno, descongelarlo al menos una vez al año y ajustar la temperatura del termostato.
- Emplear bombillas de bajo consumo. Suponen un ahorro de energía y dinero a largo plazo.
- Cocinar con la olla o poner las tapas a las cacerolas, ahorran tiempo y energía en la cocción de los alimentos.