Miércoles, Noviembre 11, 2020
Suena el teléfono de casa, lo coges y es un número a través del cual intentan venderte algo. Cuelgas. Al rato vuelve a sonar el teléfono, lo coges y es una llamada robotizada, también con fines comerciales. Cuelgas de nuevo. Ahora suena tu teléfono móvil: es otra empresa que busca que contrates algún servicio. Vuelves a colgar.
En eso consiste el spam telefónico, que son las llamadas a teléfonos fijos o móviles con fines comerciales. Lo más característico del spam telefónico es la reiteración e insistencia de las llamadas, que puede llegar a causar molestia en la persona que las recibe, incluso llegando en algún caso a tratarse de situaciones de acoso. El spam telefónico también se produce a través de los SMS reiterados que nos llegan al móvil que provienen de una determinada compañía.
Existen fórmulas para luchar contra el spam telefónico. La primera es pedir que no llame más la empresa que nos quiere vender un producto determinado, aunque esto en muy poca ocasiones acaba materializándose. Otra posible solución es preguntar a la empresa si tiene algún sistema para rechazar el uso de tus datos con fines publicitarios.
En cualquier caso, el mejor remedio, es inscribirse en la Lista Robinson, un servicio de exclusión publicitaria a disposición de los consumidores que tiene como objetivo disminuir la publicidad que éstos reciben.
La Lista Robinson está gestionado por la Asociación Española de Economía Digital, es gratuita y en ella se apuntan quienes no quieren recibir publicidad. Además, hay que indicar por qué medios no quieres recibir publicidad, ya sea por teléfono, correo postal, correo electrónico o SMS/MMS.