Lunes, Junio 22, 2020
Recientemente hablábamos de cómo solucionar ciertos problemas con nuestra velocidad de conexión inalámbrica, algo que, si bien puede estar en ocasiones relacionado con nuestro problema, puede venir realmente de otra parte, pues al fin y al cabo nuestra conexión WiFi no es más que una extensión de nuestra línea que funciona de forma inalámbrica, y realmente podemos tener problemas en cualquier punto de ella.
En esta guía hablaremos de cómo solucionar problemas en la velocidad de nuestra conexión de internet, independientemente de si es cableada o inalámbrica, de forma que podamos diagnosticar por nuestra cuenta que clase de problema estamos teniendo, donde lo estamos teniendo, y si se encuentra en el interior de nuestro hogar o es problema de la compañía telefónica que nos suministra el servicio.
Diagnosticar el problema
Igual que como en nuestra guía para encontrar problemas de velocidad en nuestra conectividad WiFi, tendremos que realizar algunos test de velocidad antes de comenzar a buscar si realmente tenemos algún problema en nuestra conexión.
Para tener una buena base sobre la que empezar, necesitaremos realizar estos test para todos los dispositivos en la red, es decir, todos nuestros ordenadores y smartphones –o en el caso de una red extensa, una muestra representativa—, de forma que podamos descartar que sea solamente un ordenador o smartphone el que tenga el problema y realmente el problema es de nuestra línea.
Asimismo, si tenemos un ordenador portátil, sería interesante realizar los test tanto mediante WiFi como con un cable de red conectado directamente al router, de forma que tengamos varios resultados con los que trabajar, y a partir de aquí poder empezar a diagnosticar el problema.
A la hora de realizar los test, tendremos que asegurarnos de que solo los hacemos en un equipo a la vez, y que no existe ninguna descarga en curso en ninguno de los equipos, como podría ser la descarga de un juego de Steam, pues esto puede hacer que los resultados sean extremadamente bajos debido a que servicios como este pueden descargar al máximo que puede proporcionar nuestra línea de internet sin demasiada dificultad.
Baja velocidad general
Si tras realizar pruebas en todos los dispositivos, vemos que la velocidad es inadecuada, tendremos que ver si la velocidad que obtenemos es la que tenemos contratada o, efectivamente, existe algún problema en nuestra red.
En este caso, una de las cosas que podemos hacer es reiniciar nuestro equipamiento de red. Esto incluye el router, pero si tenemos más dispositivos como repetidores WiFi, PLC u otros componentes, podemos reiniciarlos también, y realizar las pruebas de nuevo.
Más allá de esto, no existe mucho que podamos hacer, más allá de comprobar si nuestro router cuenta con un test de velocidad integrado que pueda comunicarse directamente con la compañía telefónica, pero probablemente se trate de un test al que solo los empleados de la compañía pueden acceder, por lo que, llegados a este punto, tendremos que reportar una avería.
Del mismo modo, en el caso de que reiniciar el equipamiento que tenemos en nuestro hogar solo funcione durante unos minutos u horas, también es posible que tengamos que reportar una avería, pues en este caso puede tratarse de una avería relacionada con nuestro router o con el nodo que suministra a nuestro hogar.
En ese último supuesto, es posible que alguno de nuestros vecinos con la misma compañía telefónica también esté sufriendo problemas, algo que es más probable cuanto más cerca de la central se encuentre la avería.
Baja velocidad en nuestra conexión WiFi
Si, por el contrario, solamente tenemos problemas en nuestra conexión WiFi, es totalmente seguro que el problema se encuentra en el interior de nuestro hogar, de forma que podemos descartar cualquier problema relacionado con nuestra compañía telefónica, aunque en determinados casos es posible que tuviésemos que recurrir a ellos si el router que utilizamos es de su propiedad.
En la guía donde hablamos de cómo aumentar la velocidad de nuestra conexión WiFi ya detallamos algunos de los puntos sobre los que hablaremos aquí, de forma que no pasaremos por tanto detalle como allí lo hicimos. De todos modos, es importante tener en cuenta aquellos puntos.
Distintos estándares WiFi
Es muy posible, especialmente si nos encontramos en la situación de haber adquirido un portátil o smartphone nuevos y los conectamos a la red WiFi que el router de nuestra compañía ofrece, que simplemente nos encontramos ante una diferencia de tecnologías.
Si bien las capacidades de la conexión WiFi han avanzado mucho, rompiendo incluso la barrera de los 10Gbit, las compañías telefónicas son conscientes de que aún se trata de tecnologías de nicho, por lo que suelen ofrecer solamente las tecnologías más comunes en los router que instalan en nuestras casas.
Por ende, es posible que si por ejemplo nuestro nuevo portátil cuenta con WiFi ax (WiFi 6), no podamos hacer uso de la velocidad completa de la que es capaz el equipo debido a limitaciones de nuestro router.
Diferencias entre las bandas de 2.4GHz y 5GHz/6GHz
Del mismo modo que existen diferencias entre las distintas tecnologías que conforman el apartado lógico de la conexión WiFi, también existen diferencias físicas entre las bandas de 2.4GHz y 5GHz/6GHz que nos permitirán funcionar a velocidades más altas en bandas a mayor frecuencia, aunque con algunos puntos negativos.
De este modo, si nos conectamos por error a la banda de 2.4GHz de nuestro router, veremos cómo nuestras velocidades se ven fuertemente impactadas, llegando a bajar hasta unos 40Mbps o incluso menos, dependiendo de la contaminación electromagnética de nuestro hogar, de la que hablaremos después.
Interferencias de otras redes WiFi u obstáculos
Uno de los problemas más habituales, más que encontrarnos con velocidades lentas per se, es encontrarnos con velocidades lentas debido a que la recepción de nuestra red es deficiente. Es un problema muy recurrente y que tiene varias soluciones, dependiendo de nuestro presupuesto.
Diagnosticar este problema es muy sencillo, y es que si vemos que las velocidades aumentan conforme nos acercamos al router, sabremos que o bien la potencia de emisión del router es baja, o bien la potencia de nuestro dispositivo no es suficiente para la distancia a la que queremos estar con él, pues algunos dispositivos cuentan con antenas bastante potentes en su interior, especialmente en la banda de 2.4GHz, pero no es la norma.
En este caso, la solución sería o bien intentar acercar nuestro router lo máximo posible al centro de la casa para conseguir mejor recepción, u optar por un repetidor que nos permita extender el alcance de la red lo suficiente para cubrir la totalidad de nuestro hogar, algo que en cualquier caso se resume en modificar nuestra infraestructura de red para acomodarla a nuestras necesidades.
También podemos probar, entrando en la configuración del router y con ayuda de un analizador de redes, que podemos encontrar de forma gratuita en la Google Play Store, a configurar nuestras redes al canal más limpio posible, pues especialmente si vivimos en un bloque de pisos, es habitual encontrarnos con cierta saturación en algunos canales que pueda jugar en nuestra contra.
Baja velocidad en nuestra conexión cableada
No solo es nuestra conexión WiFi la que puede estar sufriendo problemas de velocidad, sino que también podemos encontrarnos con problemas en una conexión cableada. En este caso, los pasos a seguir son similares, aunque obviamente las causas de los problemas van a ser distintas a los del WiFi al no tratarse de una conexión inalámbrica.
Asimismo, omitiremos repetir la explicación de los pasos comunes, pues por ejemplo seguirá siendo necesario realizar los test de velocidad en los equipos pertinentes, asegurarnos de que es solo un equipo o un conjunto de equipos los que están sufriendo los problemas, y verificar que no existe ningún cliente en la red que esté utilizando un gran ancho de banda, como sería una descarga de un juego o aplicación.
Adaptador de red inadecuado
Este problema generalmente se va a manifestar en conexiones de red de más de 100Mbps de velocidad o, alternativamente, al tratar de acceder a recursos en nuestra red local, pues si bien incluso las placas base de la última década ya cuentan con tarjetas de red Gigabit integradas, sí que nos podemos encontrar con casos en los que equipos muy antiguos o de muy bajo coste, como serían descodificadores de TV, no cuenten con un adaptador de red Gigabit.
En este tipo de equipos nos encontraremos muy probablemente con un adaptador Fast Ethernet 10/100, razón por la que, si no tenemos una conexión de red de más de 100Mbps, será más complicado encontrar este fallo, aunque si tenemos una verdadera reliquia, es posible que la mayor velocidad a la que aspiremos sean 10Mbps.
Un escenario alternativo es que, a pesar de contar con un adaptador de red Gigabit o superior, tengamos problemas con los controladores o su configuración, algo que una reinstalación de los mismos puede solucionar.
Infraestructura insuficiente para nuestra conexión
Del mismo modo que con los adaptadores de red instalados en nuestros equipos, el resto de la infraestructura a la que nos conectamos es igual de importante. Por esta razón, colocar cableado inadecuado o dañado, así como aprovechar hardware antiguo como serian switches de red Fast Ethernet 10/100 puede reducir considerablemente la velocidad de conexión de nuestros equipos.
Por esta razón, si bien podemos dedicar este tipo de aparatología a elementos menos críticos como sería una impresora por red, la cual no necesita de un gran ancho de banda, es importante que nuestros ordenadores estén conectados lo más directamente al router posible mediante cable CAT 5e o superior, y en caso de tener que pasar por elementos intermedios como un PLC, un switch o un extensor de alcance, todos ellos deberán estar a la altura de la conexión que queramos tener, pues como hemos mencionado en más de una ocasión, un bus de datos funcionará siempre a la velocidad del elemento más lento de la cadena.