Miércoles, Junio 10, 2020
El precio de la luz ha bajado desde que se declarara el estado de alarma y se paralizara la actividad económica. La actual desescalada, con la vuelta gradual al trabajo de todos los sectores, se produce en un momento de precios bajos, pero con tendencia a subir. El mercado eléctrico se rige por la ley de la oferta y la demanda. Si esta última cae, también se abarata el precio, como ha sucedido desde el pasado mes de marzo con la crisis sanitaria de la covid-19, aunque son muchos otros los factores que influyen en el precio final.
La tendencia se observa también en el precio que paga el consumidor en su factura. El precio máximo que registró Red Eléctrica este martes rondaba los nueve céntimos de euro por kilovatio hora (kwh), mientras que el más alto del pasado 10 de marzo llegó a 10,5 céntimos de euro, según los datos del sistema del operador.
Sin embargo, se señala que el mercado de futuros ya está esperando que vayan a subir los precios en las próximas semanas y meses. Desde principios de junio los mercados están viendo que la actividad económica se va a recuperar y que los precios van a subir. Pero no se va a recuperar a los niveles habituales para esta época del año porque no está al 100% ni la industria ni actividades como la hostelería y el turismo.
La demanda eléctrica nacional cayó un 13,6% en mayo respecto al mismo mes del año anterior, situándose en 18.366 GWh, según los últimos datos de Red Eléctrica. El descenso fue menor que en abril cuando quedó en 17.003 GWh, con una bajada del 17,8%.
Por contra, creció la demanda de energía en el sector de la alimentación, con un alza del 5,4%, una de las actividades esenciales que han seguido trabajando durante el estado de alarma.
Se advierte de que los únicos beneficiados con la actual bajada de la luz son quienes han seguido con la tarifa regulada del Gobierno o tenían un contrato indexado hora a hora en el mercado libre. El precio del mercado ya venía bajando el año anterior en el mercado mayorista por el desplome del precio del gas y el petróleo y del coste por las emisiones de CO2.
En este contexto, se recuerda a los consumidores que tengan que renegociar sus contratos con las comercializadoras eléctricas, que los precios son ahora mucho más bajos que el año anterior. Hasta sus manos han llegado contratos con precios fijos incluso un 30% más caros que los actuales.
El consumidor que contrata en el mercado libre con la compañía que elije suele firmar un contrato por un precio fijo al año. Tienen que estar muy atentos los que tengan precios fijos y exigir una fuerte reducción del precio.