El recibo de la luz bajó un 0,28% en abril con respecto al mes de marzo, el primer mes en el que se volvió a aplicar el impuesto del 7% a la generación eléctrica, aunque la factura sigue siendo un 3,47% más cara que hace un año.
Con este último dato, la luz acumula siete meses consecutivos de bajadas de precio tras las medidas adoptadas por el Gobierno en septiembre, cuando alcanzó máximos anuales.
Entre ellas, se encontraba la suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica, que ha vuelto a entrar en vigor este mes de abril.
El recibo para un consumidor tipo -con una potencia contratada de 4,4 kilovatios y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora (250 KWh al mes)-, acogido a la tarifa regulada o Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), descendió en abril hasta los 56,56 euros, dieciséis céntimos más barata que en el mes de marzo, cuando costaba 56,72 euros.
Sin embargo, el recibo de la luz en abril de este año era de 56,56 euros, casi dos euros más caro que el precio que se alcanzaba el mismo mes de 2018, cuando costaba 54,66 euros, según los datos del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
El Gobierno estimaba que el fin de la suspensión del impuesto de generación podría suponer un encarecimiento de entre el 2% y el 3%, lo que equivaldría a un ascenso de precio para las familias de aproximadamente un euro.
Según los datos de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE), el precio medio del mercado diario en abril fue de 50,1 euros/MWh