Las tarjetas revolving son tarjetas de crédito que te permiten aplazar tus compras (tus pagos) con cuotas mensuales bajas, tienen un límite de crédito y funcionan como líneas de crédito, pero cuidado: nadie regala dinero barato, tienen “trucos” y el primero de ellos es que los intereses son muy altos, superiores a la media del mercado.
El funcionamiento de estas tarjetas es el siguiente: pactas con la entidad un límite de crédito y una cuota mensual. De esta forma cualquier compra o disposición de efectivo que hagas (esto también con comisión) se irá aplazando hasta agotar el límite de crédito. El problema es que cada compra supone un recalculo de intereses, y que los intereses se financian conjuntamente con tu deuda con lo que puedes entrar en una espiral de crédito incontrolado.
Y como ya te hemos dicho no podemos olvidar el importe de los intereses. Una cuota baja al mes genera un plazo de amortización de la deuda muy largo y en consecuencia un pago total de intereses muy alto.
No utilices estas tarjetas para tus compras del día a día, puedes caer en una espiral de deuda y tener sorpresas desagradables. Como puedes ver su funcionamiento puede ser similar al de una línea de crédito; te ofrece flexibilidad, pero con alto riesgo e interés. Como última recomendación te diríamos que te informes bien. Si crees que te merece la pena una tarjeta de este tipo primero pregunta en tu entidad bancaria por alternativas como créditos personales o tarjetas de crédito comunes. Y ¡ojo! A veces tarjetas de fidelización y pago de marcas comerciales, cadenas comerciales o centros comerciales esconden una tarjeta revolving. Te lo contaremos en el próximo post.