Más del 40 % de los españoles no usan bien el protector solar, pese a que son conscientes de los peligros que tiene para la salud
¿Suspendemos en cultura solar? Sí, de forma consentida y manifiesta. Según los datos del informe 'Buenos hábitos al sol', realizado por Heliocare entre más de 3.700 españoles, casi el 98 % de la población es consciente de que los malos hábitos al exponerse al sol pueden tener consecuencias nefastas para la piel. Sin embargo, más del 40 % de la población no utiliza bien el protector solar. ¿El efecto más devastador? Padecerán un cáncer de piel. Pero, sin llegar a sufrir esta patología, que según The Skin Cancer Foundation desarrollarán el 25 % de los hombres y el 23 % de las mujeres de piel blanca, entre los problemas más habituales causados por la exposición al sol están las alergias solares, manchas, arrugas, flacidez, eritemas, irritaciones, deshidratación... Pero puedes protegerte bien de ellos siguiendo estos consejos.
Estos males (melanoma y otros cánceres, alergias solares, manchas, arrugas, flacidez, eritemas, irritaciones, deshidratación...) pueden evitarse con un gesto: usar de forma adecuada el fotoprotector solar. Un acto que parece sencillo, pero que no lo es tanto. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 90 % de los melanomas (un tipo de cáncer de piel) se podría evitar si el empleo de los cosméticos de protección solar se hiciera de manera apropiada.
De ahí que saber cuándo, cómo y cuántas veces hay que aplicarse el fotoprotector, además de elegirlo bien, se haya convertido en una asignatura que hay que aprobar con nota. Conseguirlo resulta fácil siguiendo unas sencillas recomendaciones.
Lo primero: enmendar nuestros errores frente al sol
"Uno de los errores más frecuentes -afirma la dermatóloga Isabel Aldanondo, jefa de Dermatología del Hospital Quirón San José- es creer que el fotoprotector es una pantalla total que nos libera de cualquier riesgo. Esto es absolutamente falso, ya que no hay ningún filtro capaz de protegernos contra todo el espectro UV. Esto proporciona aparente sensación de seguridad y nos exponemos al sol más tiempo y a horas más peligrosas".
¿Otra equivocación? Una paradoja: utilizamos fotoprotectores cada vez más elevados, pero no siempre los empleamos bien. "El uso de fotoprotectores con FPS muy altos podrían incluso aumentar la incidencia del cáncer de piel cuando la población los emplea de forma inadecuada", alega la dermatóloga. Cuestión que corrobora Adam Geyer, dermatólogo norteamericano experto en oncología cutánea: "Es un hecho que el número de individuos con cáncer de piel sigue aumentando, a pesar de que también se ha elevado el uso de filtros solares".
¿A qué se puede deber este incremento? "La mayoría de los que nos dedicamos al campo de la dermatología estamos convencidos de que se debe a la combinación del aumento de la radiación UV provocada por la situación de la capa de ozono y el cambio climático, pero también al aumento de la exposición a contaminantes ambientales, los conocidos como disruptores hormonales, que desencadenan los radicales libres; sin olvidar que existe una mayor vigilancia y detección precoz de los cánceres cutáneos gracias a las campañas de concienciación que se está realizando en el mundo entero", responde Geyer.
En la clasificación de malas prácticas, los expertos también incluyen usar el fotoprotector en cantidad insuficiente-2 mg por cm2 de piel-, lo que se traduce en un Factor de Protección Solar (FPS) muy por debajo del que está indicado en el envase. Nos quedamos cortos en la cantidad pero, además, como comenta la dermatóloga María Vitale, miembro de la AEDV, "no lo reaplicamos cuando debemos, cada dos horas (si no nos bañamos o sudamos en exceso, porque entonces hay que adelantar el gesto)". El hecho es que las moléculas que forman el escudo antisolar tienen una estabilidad limitada a 120 minutos, a partir de ese tiempo, su protección prácticamente desaparece.
Y hay más: seguimos exponiéndonos al sol en las horas más dañinas (en España, entre las 11:00 y las 17:00 horas). En esos momentos, la mejor forma de tomar el sol es ponerse a la sombra.
10 consejos para elegir y aplicar bien un protector solar
Inmaculada Canterla, farmacéutica especialista en Dermocosmética, Medicina Antiaging y Nutrición y miembro de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), nos ofrece estos diez consejos para escoger y utilizar de forma adecuada el protector solar:
1. La elección de un protector solar correcto es el primer paso para cuidar la piel y prevenir la aparición de enfermedades. El filtro solar es un elemento imprescindible que debe aplicarse sobre la piel los 365 días del año, incluso cuando el cielo está tapado o cuando llueve.
2. Un buen filtro solar no solo debe proteger de los rayos UVB (responsables de los daños inmediatos sobre la piel, como las quemaduras), sino también debe proteger de los rayos UVA (que producen daños en el ADN de la piel, las células, los vasos y los tejidos).
3. Se recomienda escoger filtros físicos o minerales, no químicos e inorgánicos, que reboten los rayos UV antes de que sean absorbidos por la piel. Este tipo de filtros se conocen como sunblock o pantalla solar.
4. Evitar los filtros solares que contengan PABA (ácido paraaminobenzoico) en su formulación, pues es el puede causar daño celular y hay una mayor incidencia de alergias relacionadas con su uso y derivados. Hay que escudriñar la etiqueta del producto.
5. Deben ser productos estables frente al calor y el sudor, lo que se denomina fotoestable, para evitar que la fórmula se trastoque o contamine.
6. Cuidado con los protectores secundarios, los que incluyen reclamos publicitarios sobre protección solar, pero cuyo cometido principal no es proteger la piel del sol (por ejemplo, las cremas hidratantes con FPS 15).
7. Los filtros solares deben incluir en su formulación filtros biológicos, que no son filtros solares como tal, sino agentes antioxidantes que actúan en sinergia con los filtros de la fórmula evitando la formación de radicales libres y potenciando el sistema inmunológico de la piel. Las vitaminas A, C y E, entre otros, son las más utilizadas. Tienen propiedades antirradicales y actúan contra el envejecimiento cutáneo y los cánceres de piel fotoinducidos.
8. Lo último en formulación es incorporar activos para la protección y reparación del ADN (DNA-Protect), a través de enzimas que han sido aisladas de microorganismos extremófilos y cumplen funciones de reparación del ADN dañado por los rayos UV.
9. Los protectores solares caducan. Con el paso del tiempo, sus componentes se van degradando como en cualquier otro producto. Por tanto, no es recomendable utilizar fotoprotectores abiertos de un año para el otro, ya que eso devalúa el factor de protección. La protección no será del todo completa y, por tanto, se estará en riesgo de sufrir los efectos nocivos del sol.
10. Es básico reaplicar el filtro solar cada dos horas y siempre después de un chapuzón. El Factor de Protección Solar es "dosis-dependiente". Esto significa que para conseguir el FPS que pone en el envase debemos usar una cantidad de producto igual a la que utiliza el fabricante para determinar que ese producto, en dicha cantidad, nos provee del FPS que pone en el cartonaje. De lo contrario, no alcanzaremos ese FPS. De ahí que sea muy importante escoger productos de aplicación sencilla y cómoda para fomentar la reaplicación frecuente del filtro.
http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2019/07/08/226899.php