Lunes, Abril 20, 2020
Esta semana se cumplen tres semanas desde que el Gobierno congeló las tarifas de telecomunicaciones y abrió la mano para permitir las portabilidades móviles. El decreto dejaba la puerta abierta a ‘trucos’ comerciales para también lograr cambios de operadora también en el teléfono fijo, lo que implicaba poner en riesgo a los técnicos que debían acudir a los hogares. Los consumidores han denunciado prácticas en varias de las operadoras. Sin embargo, el Gobierno descarta, al menos por ahora, modificar un ápice ese texto legislativo.
El origen de todo tiene una fecha: 18 de marzo. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el decreto aprobado por el Gobierno de España, en el que se tomaba una medida inaudita en el competido campo de juego de las telecomunicaciones en España: suspender todas las portabilidades móviles y fijas. Se trataba de una sacudida sin precedentes en un mercado que apenas crece con clientes y líneas móviles y, por tanto, basa su actividad comercial en esos ‘robos’ de clientes a rivales. La razón: evitar poner en riesgo a trabajadores de ‘contact centers’ y a técnicos durante el estado de alarma. Ese era sólo el primer paso. El Gobierno, dos semanas después, rectificó.
En la modificación de ese decreto permitió las portabilidades móviles -no requieren traslados de técnicos, pues sólo necesitan el envío de una tarjeta SIM nueva- y siguió prohibiendo las del teléfono fijo e internet, que son las que no se pueden gestionar a distancia. Pero dejó la puerta abierta a varios trucos comerciales. Entre ellos despunta uno: dar de baja la línea fija antigua, para así desligarte de la compañía actual y así poder moverte a otra operadora. Hay que tener en cuenta que más del 80% de los contratos firmados entre particulares está empaquetado. Por tanto ese mecanismo de ‘baja-alta’, que sí necesita la visita de un instalador a la casa, era imprescindible para mover esos clientes convergentes. En ese contexto, varios operadores alertaron precisamente de esta posibilidad al Ejecutivo, según confirman varias fuentes conocedoras.
En los últimos días, se alertó de que compañías como Movistar o Másmóvil instaban a sus clientes a dar de baja su servicio actual de fijo con otro operador para dar de alta un nuevo con ellos. Algo que, en la práctica, no incumplía el decreto, precisamente, por esa redacción tan abierta. Orange insiste en su web que no llevará a cabo portabilidades de fibra. Aunque incide en que en el resto de casos -altas nuevas-, la instalación en domicilios se realizará «en la medida de lo posible en los tiempos acordados contractualmente, si así lo permite el estado de alarma y sin que sea posible reclamar por esta causa». El sindicato UGT trató de presionar para volver al escenario anterior: prohibir todas las portabilidades móviles y así no incentivar estos cambios en el fijo.
Primero, sobre esa posible vuelta a la prohibición de las portabilidades, el secretario de Estado, Roberto Sánchez, contestó el viernes al sindicato. Le insistió en que las modificaciones contribuyen a «reforzar la protección de la salud de las personas» y también permite un «justo equilibrio» entre ese objetivo y también atender a la «necesidad de garantizar la conectividad que es un servicio esencial más aún si cabe en estos tiempos de confinamiento y teletrabajo».
Desde el Gobierno no tienen previsto mover más piezas, tampoco en lo referente a los ‘trucos’ comerciales que ya se están dando. Según apuntan fuentes de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos, sólo han solicitado al Ministerio de Consumo que estudie caso por caso para evitar abusos. El problema radica en que esas triquiñuelas están permitidas con la redacción actual del decreto. Desde el Ejecutivo son conscientes de que existen este tipo de argucias para tratar de movilizar a clientes con paquetes completos. Pero no tienen entre sus planes precisar la prohibición expresa de las altas nuevas de teléfonos fijos en caso de que el cliente ya tenga uno contratado de similares características.
En el Gobierno hay una premisa que es la que guió esta nueva modificación del primer decreto de mediados de marzo: que el consumidor no vea coartada su libertad de cambio de operador en este estado de alarma, siempre que esto no suponga un movimiento de un técnico. Pero las fuentes de la Secretaría afirman que se trata de un equilibrio muy complicado entre salvaguardar la salud de las personas y abrir la mano para que se pueda elegir. Tan complicado que ha tenido que ser la CNMC la que ha mediado para imponer algunos límites tanto a los cambios de operador móvil como a las altas fijas.
Desde el departamento liderado por Roberto Sánchez tampoco se ha querido precisar más sobre la congelación de las tarifas y si ésta debía afectar no sólo a las habituales sino también a las que se encontraban rebajadas durante el periodo del estado de alarma. Pese a que en el decreto se contemplaba la posibilidad de que dictara instrucciones para la aplicación y aclaración de esta medida, no se ha hecho. Ha tenido que ser Telefónica la que dé el primer paso y comunicar una ampliación de ese precio reducido a los clientes que terminaban sus promociones durante estos días.
Ofertas, aunque en el límite
Al margen de la congelación de tarifas, el decreto prohibía «campañas comerciales extraordinarias» de contratación de servicios que fomenten la portabilidad, para evitar la movilización de clientes y técnicos. ¿A qué se refiere con ese concepto? En las operadoras han mantenido algunas ofertas que ya estaban antes de esta crisis, como es el caso de las de Yoigo (Másmóvil) o las de Vodafone (con rebajas en segundas líneas móviles). Otras como Movistar han puesto en marcha rebajas del 50% en su tarifa de ‘Sólo Móvil’ llamada Contrato 20, pero sólo para altas nuevas y, por tanto, no para clientes que procedan de otras operadoras y quieran conservar su número de teléfono.
Sea como sea, la realidad es que la actividad comercial está siendo mucho más baja que un mes normal. Todas las fuentes del mercado coinciden en que se van a firmar muchas menos portabilidades en este mes de abril que en febrero, último sin afección por la pandemia del coronavirus. No se llegará, por tanto, ni de lejos a las más de 600.000 que se han firmado de media mensual desde hace más de dos años. «Muchos de los clientes no están ahora mismo en eso; están preocupados por otras cosas», concluye un directivo de una de las operadoras. Queda por ver cuánto va a durar este parón de la actividad.