Ser avalista de un préstamo o crédito, puede suponer verte obligado a responder por una deuda ante la entidad de crédito como consecuencia de un eventual incumplimiento del obligado principal. Por ello, la entidad deberá facilitarte información detallada del contenido de tus obligaciones así como de las responsabilidades asumidas, antes de la formalización del correspondiente contrato.
- En primer lugar, debes saber que estás sujeto a lo establecido en el contrato formalizado con la entidad, ya que cualquier aspecto en relación con la información a la que tiene derecho un avalista, estará recogida en el mismo o bien en cláusulas anexas.
- En el caso de producirse un impago del préstamo por parte del titular, la entidad de crédito (acreedora de la operación), deberá poner en tu conocimiento la situación y solicitarte el pago de las cantidades correspondientes.
- Ser avalista de una operación de activo supone ser cliente de la entidad que concede el préstamo, por lo que en caso de que la misma no facilite la información mencionada anteriormente, tendrás derecho a plantear reclamación como usuario que eres de un servicio financiero.
Por último, que sepas que la información sobre el riesgo de un aval, al igual que sucede con los préstamos o créditos, ha de ser comunicada por las entidades financieras al Banco de España. Dicha información la encontrarás en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE).