La apertura de una cuenta es uno de los trámites más sencillos a los que se enfrenta un consumidor bancario. Pero, aun así, es imprescindible que completes estos pasos.
La entidad pedirá, en primer lugar, que te identifiques:
- Si eres español, servirá con tu DNI;
- Si eres un ciudadano comunitario, te pueden solicitar tu pasaporte o el documento de identidad emitido en tu país, acompañados de tu NIE o bien de la Tarjeta de Identidad de Extranjero.
- Si eres un extranjero no comunitario, deberás facilitar tu Tarjeta de Identidad de Extranjero.
- Además, en el caso de que no seas residente, deberás acreditarlo mediante una certificación negativa de residencia expedida por el Ministerio de Interior, si eres extranjero, o un certificado de residencia en otro país en el caso de que seas español.
Puede ser que, en el momento de la apertura, debido a la normativa relativa a la prevención del blanqueo de capitales, la entidad te solicite algún documento acreditativo del origen de los fondos que vayan a ingresarse en la cuenta. Si no lo hace en ese momento, la entidad puede hacerlo más adelante y bloquear el acceso a tus fondos si no justificas su procedencia.
Es importante que dediques un tiempo a valorar las condiciones que te ofrece la entidad. Y antes de firmar, solicita y revisa con tiempo la información precontractual.
Debes sopesar detenidamente los siguientes aspectos:
- Servicios asociados a la cuenta bancaria. Es muy habitual que, junto al contrato de cuenta, nos ofrezcan otros contratos: tarjeta de débito, banca a distancia, e-correspondencia, e incluso nos ofrezcan una tarjeta de crédito. Te pueden presentar un único documento que engloba varios contratos. Como siempre, debemos tener claro qué es lo que necesitamos y el coste de estos servicios. La entidad te brindará información precontractual de estos otros productos.
- Condiciones. Antes de decidirnos, resulta útil consultar el documento de tarifas aplicables a los servicios que las entidades tienen expuesto en el tablón de anuncios de sus oficinas y en su página web. Para ello, es una herramienta útil el comparador de cuentas del Banco de España. Algunas de las condiciones más habituales a las que deberás prestar atención son:
- Comisión de mantenimiento: su importe y su frecuencia de liquidación (mensual, trimestral, semestral…)
- Tarifa plana: supone el pago de una cuota fija periódica que incluye el mantenimiento de cuenta y permite realizar un número de operaciones sin coste adicional. Verifica que se adapte a tu operativa bancaria habitual y entérate del coste de las operaciones adicionales que puedas realizar.
- Esquema de bonificaciones: es frecuente que se apliquen reducciones en la tarifa de algunos servicios (por ejemplo, el mantenimiento de cuenta o de la tarjeta) que estén condicionados al cumplimiento de unos requisitos, que pueden consistir en la contratación de otros productos o el mantenimiento de una determinada operativa en la cuenta. Analiza si entiendes bien y si vas a cumplir esas condiciones, así como el coste que asumirás si no lo haces.
- Regalos: pueden ser muy atractivos, pero también tienen sus condiciones.
Ah, y valora la posibilidad de acceder a una Cuenta de Pago Básica. Puedes consultar más información sobre la apertura de cuentas corrientes en los siguientes enlaces: