El confinamiento ha disparado el uso de Internet y de las redes sociales. Estos días se está generando y compartiendo muchísimo contenido, mucho más, si cabe, que antes de que el Coronavirus llegara a nuestras vidas. Así que las personas ciberdelincuentes se están frotando las manos: saben que ahora tienen más posibles víctimas para llevar a cabo sus timos y estafas.
Es importante que actúes con precaución: no te dejes llevar por el miedo y piensa dos veces antes de hacer caso a lo que te llega por email, WhatsApp, SMS, redes sociales… o antes de comprar un producto de origen y eficacia dudosa en una página web, también de origen dudoso.
Estamos en estado de alarma, así que puedes trasladar ese estado también cuando navegas por Internet:
Ayuda a prevenir los bulos. No reenvíes nada sin saber si la información que están publicando está contrastada.
Evita contagiar tus aparatos electrónicos y los de los demás. No reenvíes nada sin saber su origen o su procedencia, ya que puede que el mensaje esté contaminado. En lo virtual también, evita pasar el virus a otras personas.
Toma ciertas precauciones sobre ciberseguridad. Mejora tus contraseñas y haz copias de seguridad de tus documentos.
Sigue estos consejos para no caer en los ciberataques:
Protege tus datos personales y sanitarios. No los introduzcas en páginas web o en aplicaciones que no correspondan a fuentes oficiales. Evita ser víctima de un ataque de phishing (robo de datos personales).
Presta atención a los mensajes que te llegan.
Si te llega uno del banco, de tu centro de salud o del Gobierno (se han difundido mensajes en lo que se regalaban cheques con X cantidad). Confirma con la entidad que, efectivamente, te han enviado un mensaje. Puedes comprobarlo a través de sus canales de comunicación oficiales: web, redes sociales...
Si recibes un mensaje por parte de un familiar, por ejemplo, la forma en la que está redactado el mensaje también puede darte una pista para detectar una suplantación de identidad: suelen tener faltas de ortografía o frases incompletas. Es fácil detectarlos, pura intuición.
Cuidado con los mensajes tipo: Manda “ayuda” al teléfono XXX… Existen casos en los que piden que se colabore para enviar un donativo al personal sanitario. De nuevo, asegúrate de que las iniciativas solidarias provienen de una fuente oficial.
No te descargues aplicaciones de origen dudoso o archivos adjuntos ni abras enlaces. Asegúrate de que la fuente es fiable, porque no todas las apps sobre el coronavirus, por ejemplo, lo son. Pueden contener malware (algún programa malicioso) que termine infectando el ordenador o el móvil.
Llamadas telefónicas. Si te llaman por teléfono diciendo que son del “soporte técnico”, ponlo en duda. Existen denuncias de personas que afirman que el objetivo de estas llamadas es conseguir sus datos e instalar algún software malicioso en los equipos informáticos.
No te fíes de las ofertas sospechosamente atractivas.
Productos milagro. No existen. Estas ofertas sugieren que un producto puede prevenir o curar una infección por Coronavirus. Y para ello utilizan diferentes estrategias:
Referencias profesionales, de personal sanitario, personas expertas o de fuentes no oficiales. Solo vale la información de las fuentes oficiales, no lo olvides.
Emplean mensajes un poco agresivos, como ¡compra ya! o ¡no dejes escapar este descuento!
Solicitan datos personales o te piden que te descargues alguna aplicación.
Suscripciones gratuitas. Se ha disparado este tipo de mensajes de diferentes soportes para ver películas o series. Revisa la URL (la dirección de Internet) y confirma con la fuente oficial que realmente están ofreciendo esa promoción.
Si te has encontrado con algún caso como los que acabamos de mencionar, puedes denunciarlo ante la Ertzaintza o bien ante Kontsumobide.