El Ministerio de Consumo ha decidido excluir al aceite de oliva de los alimentos que incorporarán el etiquetado frontal Nutriscore, una suerte de semáforo nutricional con el que se pretende distinguir entre los alimentos y bebidas con mejores y peores propiedades alimenticias, y que ha sido elegido como el sistema estándar para la Unión Europea.
La exclusión del aceite de oliva de esta clasificación se debe a que esta no refleja sus “beneficios nutricionales”, según explican fuentes de Consumo. Según el baremo actual de Nutriscore este producto estaría catalogado como C, dentro de una escala que va de la A como mejor nota y con color verde, hasta la E, que con el color rojo marca los productos menos saludables. La C, en amarillo, estaría en un punto intermedio.
Consumo ya ha trasladado formalmente a los órganos de gobierno de Nutriscore su decisión de excluir al aceite de oliva del semáforo. Fuentes del ministerio explican que esto será así mientras Nutriscore siga concediendo una nota C al producto, y volverá a incluirlo “cuando el algoritmo refleje sus beneficios nutricionales”, algo que en la actualidad no sucede y en lo que se trabaja.
El acuerdo de gobierno incluía entre sus puntos reducir el impacto de la “comida basura” a través del establecimiento de “obligaciones claras en el etiquetado, que deberá reflejar la calidad de los productos conforme al modelo del semáforo nutricional”.
Consumo prevé iniciar los trámites para su regulación “en los próximos meses”, aunque su implantación seguirá siendo opcional por parte de los productores hasta que la Comisión Europea fije su obligatoriedad, lo que se prevé para finales de 2022. En países como Francia, Holanda y Alemania el sistema Nutriscore ya está implantado.