Alquilar una casa o un apartamento para pasar las vacaciones se ha convertido en una opción cada vez más habitual para muchas personas. Internet, además, facilita el acceso a anuncios de alquiler vacacional y se ha convertido en una buena herramienta para realizar búsquedas y reservas. Pero hay que tener cuidado, ya que existen muchos fraudes: casas inexistentes una vez realizado el pago, viviendas que no se parecen nada a las fotografías publicadas en la web o el robo de datos personales en plataformas o sitios web que parecen de confianza.
En primer lugar, no te dejes llevar por la emoción y sé paciente: compara precios y condiciones en diferentes páginas web y asegúrate de que te encuentras en sitios fiables:
Lee detenidamente los términos y las condiciones generales de la página web, para saber cómo funciona y en qué medida te ofrece un plus de seguridad y garantía.
Desconfía de supuestos chollos como los áticos de lujo con jacuzzi o las casas espectaculares con piscina a precios muy bajos. Además, ten en cuenta que las fotos pueden maquillar la realidad. Tampoco te fíes de las descripciones con faltas de ortografía, mala redacción o incompletas.
Busca opiniones de otras personas, teniendo en cuenta que algunas pueden manipularse. Si hay muchos comentarios, te harás una idea de la satisfacción general.
Comprueba si la web recurre a algún medio de verificación que garantice la existencia de la vivienda y la descripción. Utiliza Google Maps para comprobar su ubicación o busca en Internet, en otras páginas web, información adicional sobre el inmueble.
Antes de pagar, fíjate en el coste final y en los conceptos desglosados: comisión para la web, impuestos locales, plaza de aparcamiento, servicio de limpieza, etc. Ten en cuenta que el precio puede variar en función de los días de alquiler o del número de personas que se alojarán en la casa. Si lo necesitas, ponte en contacto con la persona propietaria para aclarar tus dudas.
Infórmate también sobre las condiciones del contrato, si debes depositar una fianza, del tipo de incidencias que cubre y de cómo cancelar en caso necesario.
Presta especial atención a cómo se gestionan los pagos. Algunas plataformas de intermediación retienen la cantidad abonada y no se la entregan a la persona arrendadora hasta 24 horas después de tu llegada. Así tienes un tiempo extra para comprobar que está todo bien. También es un plus de seguridad el que no te hagan pagar el importe total por adelantado: que solo sea un porcentaje y el resto una vez te encuentres en la vivienda. Si lo tienes que pagar al completo antes de ir, es recomendable asegurarse de que la casa es de quien se dice que es.
Realiza el pago a través de un medio seguro que proponga la plataforma o la web desde donde estés realizando la transacción https://www.kontsumobide.euskadi.eus/entrada-blog/2020/6-formas-de-pagar-por-internet-cuales-son-las-mas-seguras/y10-kbpstblg/es/. La plataforma se desentenderá de cualquier reclamación referida a los canales alternativos utilizados para pagar.
Una vez que te encuentres en la vivienda, haz un repaso para comprobar su estado y, si ves que hay algún desperfecto que no estaba indicado en el contrato, informa de ello cuanto antes.
Guarda siempre la publicidad y la descripción de la vivienda, las condiciones del contrato y la copia de los pagos realizados.
Y si tienes algún problema y has agotado la vía amistosa, reclama. Pero recuerda que, si alquilas un apartamento a una persona que no se dedica al alquiler como actividad empresarial, se entenderá que se ha realizado entre particulares, por lo que no regiría la normativa de consumo. Así que, si no consigues alcanzar un acuerdo amistoso, deberás presentar una demanda judicial.