La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha pedido más inversión en la producción de petróleo convencional para evitar "una crisis de suministro" en 2025 derivada de una menor producción, que no podría compensar EE.UU. con el esquisto, y de una mayor demanda de crudo, procedente ésta de las economías en desarrollo, sobre todo de China e India.
Este es uno de los puntos clave del informe Perspectivas para la energía mundial 2018, que se ha hecho público este martes. En dicho documento, la AIE señala que -tras el petróleo- el gas natural será la segunda fuente de energía más importante del mundo en 2030, superando así al carbón.
En términos generales, la demanda global de energía aumentará más de un 25% hasta 2040. Según la AIE, este incremento procede sobre todo de las economías en desarrollo, con India a la cabeza, que en ese año ya habrán superado a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE) como principales consumidores energéticos.
En el informe, la Asociación Internacional de la Energía pronostica -en su escenario central- que la demanda mundial de petróleo ascenderá hasta los 106,3 millones de barriles diarios en 2040, siendo el crecimiento más acusado desde ahora -en contraposición a lo expresado recientemente por la OPEP- y hasta 2025 que en los 15 años posteriores.
Todo ese crecimiento de la demanda global de petróleo -que se ha revisado al alza respecto al año pasado en más de un millón de barriles diarios- vendrá de las economías en desarrollo, sobre todo de India y China -que será el mayor consumidor de crudo en 2035, por delante de Estados Unidos-, mientras que en las avanzadas descenderá.
Según la AIE, el consumo crecerá por los petroquímicos y por la mayor demanda de combustible en el sector del transporte. "Pero cubrir esa expansión en el corto plazo significa que la aprobación de proyectos convencionales de crudo debe duplicarse desde sus niveles bajos actuales", ha asegurado Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, en declaraciones recogidas por Reuters. Se evitaría así "una escasez de suministro y una nueva escalada de precios", destaca el informe.
Otro de los combustibles fósiles que acaparan la atención en este informe es el gas natural, que superará en 2030 al carbón como segundo combustible más grande del mix energético mundial, solo por detrás por el petróleo. La AIE prevé que la demanda de esta fuente de energía crezca un 1,6% anual hasta 2040 -según datos recogidos por Reuters-, de manera que ese año sería un 45% superior a la actual.
Detrás de este crecimiento, otra vez, China, que es el tercer mayor consumidor de gas del mundo -tras Estados Unidos y Rusia- y que en la actualidad debe importar alrededor del 40% de sus necesidades. Según cálculos de Reuters, el país asiático ya es el principal importador de gas natural del mundo, por delante de Japón, y se espera que sus importaciones netas se acerquen al nivel de las de la Unión Europea en 2040.
Rusia es el mayor exportador del mundo de gas, precisamente al abrir rutas nuevas hacia los mercados asiáticos, pero Estados Unidos tomaría posiciones al representar el 40% del crecimiento total de la producción mundial en 2025 gracias al fracking. La Agencia Internacional de la Energía también señala la importancia de este combustible en Europa, sobre todo en invierno "a la hora de proporcionar calor y garantizar un suministro eléctrico ininterrumpido".
"El destino energético del mundo está en las decisiones gubernamentales", ha afirmado Birol, para quien, sin un repunte de la inversión, la producción de esquisto (fracking) de Estados Unidos, que ya se ha estado expandiendo a un ritmo récord, tendría que sumar desde ahora y hasta 2025 el equivalente a lo que produce Rusia en ese tiempo, "lo que sería una hazaña sin precedentes históricos".
Estados Unidos ya es el mayor productor mundial de petróleo y lo seguirá siendo en 2040, con 16,2 millones de barriles diarios, por delante de Arabia Saudí (13,3 millones), Rusia (9,4 millones) e Irak (6,8 millones).
La Agencia Internacional de la Energía destaca también en su informe que los combustibles fósiles -las más contaminantes- seguirán siendo parte fundamental de la demanda energética de aquí a 2040.
El organismo prevé que las emisiones de CO2 relacionadas con la energía sigan aumentando en las próximas dos décadas, un camino que no es el adecuado para abordar el cambio climático, por lo que el organismo habla de un "gran fracaso colectivo" en este punto.
Y ello a pesar de que los países, en general, "están listos para cumplir las promesas nacionales expresadas en el Acuerdo de París". Sin embargo la AIE destaca que estas "no son suficientes" para que las emisiones mundiales toque techo en los próximos años.
En este sentido, la Agencia Internacional de la Energía subraya que "la contaminación del aire relacionada con la energía sigue provocando millones de muertes prematuras cada año".