Un agujero legal permite que juguetes de plástico reciclado contengan tóxicos de residuos electrónicos
Un equipo de investigación europeo, con el que ha colaborado Ecologistas en Acción, ha encontrado tóxicos procedentes de basura electrónica en el plástico reciclado utilizado en juguetes y otros productos a la venta en España.
Los tóxicos encontrados se dividen en dos tipos de sustancias ignífugas o retardantes de llama: por un lado los polibromo difenil éteres (PBDE en inglés), utilizados hace años en cubiertas y aislamiento de cables de electrónica y el hexabromo ciclododecano (HBCD), utilizado en espumas de poliestireno y plásticos para electrónica y automóviles. Ambos tipos de sustancias son disruptoras endocrinas relacionados con el mal funcionamiento de la tiroides, con daños neurológicos y con déficits de atención infantil. Además, están entro los 28 tóxicos más peligrosos del planeta de la lista del Convenio de Estocolmo por su persistencia en el ambiente.
El estudio analiza 109 juguetes, accesorios para el cabello y utensilios de cocina comprados en diferentes países europeos. Los resultados muestran que el 98 % de las muestras contenían polibromo difenil éteres (PBDE) y el 80 % contenían hexabromo ciclododecano.
En España, Ecologistas en Acción tomó muestras de tres juguetes y tres accesorios para el cabello. Las seis muestras contenían polibromo difenil éteres (PBDE) en concentraciones que variaban de 171 a 948 partes por millón (ppm). Cinco contenían HBCD.
La legislación europea limita la cantidad de PBDE presente en productos de consumo. Para plástico de nueva fabricación, el límite es 10 ppm (partes por millón) para la suma de los polibromo difenil éteres OctaBDE y DecaBDE. Sin embargo, si el plástico es reciclado, el límite que se permite es de 1.000 ppm.
Los productos analizados en España no superan los límites legales para plástico reciclado. Pero los resultados evidencian la incongruencia de que se permitan una cantidad de tóxicos cien veces mayor en plástico reciclado y la inseguridad para el consumidor ya que, al comprar un producto de plástico, desconoce si el plástico utilizado es nuevo o reciclado, por lo que ignora el nivel de disruptores endocrinos al que se expone.
En conjunto, los resultados indican que los retardantes de llama presentes en la basura electrónica vuelven a los productos de consumo fabricados con plástico reciclado, incluidos los retardantes de llama prohibidos por la Convención de Estocolmo por su elevada persistencia y toxicidad.
Según Jitka Strakova, investigadora de la organización Arnika especializada en sustancias tóxicas persistentes, que ha liderado el estudio: “Al sistema endocrino de un niño, al que le está afectando el PBDE tóxico, no le importa si un juguete está hecho de plástico nuevo o reciclado. La única forma de proteger la salud de las personas frente a los tóxicos de la basura electrónica en cerrar este vacío legal y sacar las sustancias del ciclo de reciclaje de plástico”.
Ya que las exenciones de reciclaje para los PBDE equivalen a un doble estándar para los plásticos, Ecologistas en Acción junto a los equipos de investigación y las organizaciones que han participado en el estudio, exige a las autoridades españolas que toman las medidas necesarias para asegurar que los plásticos reciclados cumplan con los mismos estándares que los plásticos nuevos en la Unión Europea.
El estudio ‘Agujero tóxico: reciclaje de desechos peligrosos en nuevos productos‘ lo han desarrollado Arnika, HEAL e IPEN. Se recogieron 430 muestras entre abril y julio de 2018 en los siguientes países: Estados miembros de la Unión Europea (Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos, Polonia, Portugal, España y Suecia) y los países de Europa Central y Oriental (Albania, Armenia, Bielorrusia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Rusia y Serbia). El laboratorio de la Universidad de Química y Tecnología de Praga analizó más a fondo 109 productos para determinar las concentraciones de productos químicos retardantes de llama bromados específicos.